La construcción suma un nuevo material, más ecológico y sostenible

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Tres estudiantes de formación profesional burgalesas han ganado el concurso nacional de innovación tecnológica Gigas con un invento revolucionario: un nuevo material para la construcción hecho a base de fibras de hongos.

Andrea Ramos, Erika Salazar y Tatiana Plazas son las creadoras de este proyecto, que tiene como protagonista al micelio, un hongo con propiedades similares al cemento. El objetivo de su trabajo de final de curso era crear un nuevo material para la construcción que fuera más ecológico y sostenible que los que se usan en la actualidad. Tras varias investigaciones dieron con el micelio, una materia prima que se encuentra en las raíces de los hongos y que es ideal para la construcción porque ofrece la misma resistencia que el cemento. Además, tiene una gran capacidad de regeneración, por lo que se produce una gran cantidad en poco tiempo y es asequible.

Una vez avalado el uso de este material para la construcción, el terceto burgalés pretende registrarlo y ponerlo en funcionamiento. Su idea es que el micelio se utilice para crear placas de sonido o tejas en una cadena de producción en empresas de construcción o por personas autónomas que decidan construirse su propia vivienda.

El uso del micelio para crear materiales de construcción no es la única revolución que supuso la inscripción del proyecto de Andrea, Erika y Tatiana al concurso Gigas. También eran el único equipo formado exclusivamente por talento femenino. Según Saray Capa, su profesora y la responsable de haber llevado el proyecto al concurso nacional de innovación, su presencia en el concurso sirvió para dar visibilidad a las mujeres en un sector históricamente masculino. Tatiana Plazas, la integrante más joven del equipo con tan solo 18 años, lamenta que su invento se haya producido en un entorno en el que la presencia femenina es tan limitada. En sus propias palabras, “siempre se tiene la imagen de que los proyectos son para hombres, pero nuestra mentalidad es que esto no tiene géneros, sino iniciativas”.

Aunque esta es la realidad del sector en la actualidad, proyectos de este tipo ayudan a que la presencia femenina en el sector se vaya normalizando.

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