Construyendo en 3D
Tradicionalmente, el sector de la construcción no se ha caracterizado por ser muy innovador. Pero en el siglo XXI, parece que esta tendencia se ha invertido y el sector está implementando técnicas novedosas, como la impresión 3D aplicada a la construcción.
La impresión 3D es una técnica relativamente joven, aunque no tanto como nos creemos. Fue en el 1983 cuando Charles W. Hull creó la primera pieza con este sistema. Hoy en día se ha mejorado tanto la técnica que se puede crear casi todo lo que podemos imaginar. Desde objetos caseros, componentes especiales, maquetas o prótesis hasta órganos humanos.
Este sistema de creación se ha aplicado a casi todos los sectores. Y es que sus ventajas son muchas, empezando por la inmediatez, el ahorro económico y la personalización del resultado final. Pero hay un sector en el que es ahora cuando empieza a despuntar: la construcción.
La primera construcción en impresión 3D de la que se tiene constancia data de 2004, cuando Behrokh Khoshnevis, profesor de la Universidad de Carolina del Sur, construyó un muro. La realidad en 2021 es que países como China o Arabia Saudí empiezan a construir casas impresas en 3D, aunque también hay que reconocer que son los instigadores de esta nueva tecnología en el ámbito de la construcción, ya que otros países aún no han apostado por esta técnica.
En España, Be More 3D, startup dirigida por 4 ingenieros técnicos en Valencia, fue la primera en construir una casa con esta metodología. Vicente Ramírez, CEO de la empresa, explica que tienen la capacidad de edificar una casa en tan solo 6-8 horas, con diseños arquitectónicos complejos como formas triangulares o encofrados curvos, realmente complicados en la construcción tradicional. Aparte de ahorrar hasta un 35% de los costes de la ejecución de la construcción, reducir las emisiones de CO2, los residuos y los riesgos laborales. Es una técnica perfecta para las construcciones de inmediata ejecución, como puede ser un hospital de campaña en tiempos de pandemia.
Este tipo de construcción ahora mismo tiene un gran obstáculo, la construcción en altura, ya que sería necesario una impresora multiplanta, de la que de momento solo existen prototipos. Además, en Be More 3D quieren que la “tinta” de la impresora tenga materiales más ecológicos, ya que actualmente se usa Microhormigones con una cantidad de cemento más elevada que en la construcción convencional, pero apto para pasar por la boquilla de la impresora.
Estas impresoras han creado cierto revuelo entre los más tradicionales del sector porque temen por la substitución de los humanos por las máquinas. Ramírez afirma que solo se imprime la estructura de las viviendas y se debe rematar a mano, es decir, se necesitan albañiles, escayolistas, electricistas, etc.
Las nuevas construcciones están cambiando y, por ende, el sector de la construcción en general. La construcción parece que va a evolucionar hacia una profesión donde las tareas pesadas se encargan las máquinas y las de diseño van de la mano de los humanos.