El sector de la construcción en España es de los menos digitalizados. El sector es consciente de ello per la gran cantidad de actores que precisa cada proyecto dificulta la digitalización. Hay voluntad para llevarla a cabo pero se enfrenta a una compleja realidad.

Efectivamente, este sector es uno de los más atrasados en materia de digitalización. De hecho, el último Barómetro sobre la Madurez Digital en España publicado por Divisadero, que estudia datos del 2018 y en el que se ha incorporado por primera vez al sector de la construcción, lo define en su análisis “como un entusiasta digital pero aun con ciertas salvedades”.
Aunque la construcción reúne todos los requisitos necesarios para ser un sector líder en el ámbito de la digitalización, su “índice de madurez digital” está todavía un 32% por debajo de la media de España.

Según este mismo estudio, la construcción es el segundo sector de toda España que más valora la transformación digital como palanca de cambio, pero, a pesar de esta valoración positiva, la realidad es bien distinta.

Todos los sectores se están digitalizando a diferentes velocidades y el de la construcción lo ha hecho más lentamente. Aun así, resulta esperanzador que se haya puesto en marcha el camino hacia la digitalización de este sector, históricamente reticente a cambios. Muchas de las constructoras y demás actores de este sector ya han hecho pasos en esta dirección.

Según el informe Global Construction & Engineering Survey, elaborado por EY (Building a better working world), los directivos del entorno constructivo son conscientes de la necesaria renovación y transformación del sector, pero las medidas tomadas aún no son suficientes, falta un esfuerzo final para llevarlas a cabo.

La incorporación de sistemas de construcción industrializada, la integración de la metodología BIM (Building Information Modeling) o la introducción de sistemas propios que permiten automatizar procesos, son alguno de los logros que han permitido introducir la construcción en la rueda digital.
El sector de la construcción requiere de un cambio de mentalidad para incorporar la digitalización en su modus operandi. Y eso es necesario hacerlo en todos los actores que intervienen en el proceso, desde los constructores hasta las administraciones públicas.
En el sector de la construcción, que históricamente no ha tenido un espíritu innovador, el papel cada vez más relevante de la tecnología está provocando que sus gestores estén apostando por la innovación aplicada al negocio.