Desde hace algún tiempo, la preservación del medio natural es una de las prioridades a la hora de construir edificios. En los próximos años la arquitectura bioclimática y la sostenibilidad en la construcción van a adquirir una importancia clave dentro del mundo de la construcción. Estas estrategias son el futuro de la construcción.

Hoy en día, el total de las ciudades del planeta ocupa el 2% de la superficie terrestre pero, paradójicamente, las ciudades producen el 70% de las emisiones de anhídrido carbónico. Se calcula que, en 2030 el 60% de la población mundial residirá en zonas urbanas. Por ello, la sostenibilidad de los edificios es de vital importancia para el bienestar del planeta. Actualmente, las ciudades se ven envueltas en varios problemas medioambientales, entre los que destacan la gran cantidad de energía que necesitan los edificios, el augmento de los residuos y los altos niveles de contaminación ambiental, acústica y lumínica.
Estos problemas medioambientales se describen en el informe Environmentally Sustainable Buildings: Challenges and Policies, que la Organización para la Cooperación y Desarrollo en Europa (OECD) publicó ya en 2003. Para hacerles frente, se recomiendan varias medidas. La reducción de CO2, la minimización de los residuos, la prevención de la polución y el desarrollo de estrategias de mejora para la edificación sostenible son algunas de ellas.
Para llevar a cabo estas recomendaciones, la arquitectura ha evolucionado de forma significativa y ha implementado toda una serie estrategias que la ayudarán a ser más sostenible. Es lo que entendemos como arquitectura bioclimática. Esta se basa en tres pilares:
- El soleamiento de los edificios. Controlar la incidencia del sol en espacios tanto interiores como exteriores de las viviendas.
- El bienestar higrotérmico. La regulación del aire húmedo es fundamental para regular la temperatura de los edificios. El aislamiento térmico es también una medida básica para que no se disipe la temperatura.
- El acondicionamiento pasivo. Aspectos como la elección del emplazamiento, la orientación y la plantación de vegetación, también ayudan a mejorar las condiciones de bienestar del edificio.
Otras características de la arquitectura sostenible son:
- El uso de materiales naturales o reciclables, que también ayuda a minimizar el impacto ambiental.
- La utilización de las energías renovables para minimizar el impacto energético e intentar que los edificios sean autosuficientes energéticamente. El recurso más extendido en este campo es el uso de placas fotovoltaicas.
Aunque la construcción de edificios mediante la Arquitectura bioclimática ya es una realidad, en los próximos años será de vital importancia para la supervivencia y el buen funcionamiento de las grandes ciudades.