Aunque en España el sector de la construcción de casas ecológicas ha hecho grandes progresos, aún se está muy lejos de cumplir con la normativa europea. En este sentido, a partir del 31 de diciembre de 2020, se exigirá un consumo energético casi nulo para todas las construcciones y rehabilitaciones privadas.

Construir de manera más eficiente y sostenible está dejando de ser una opción de algunos pocos para convertirse en una obligación. No solo la obligatoriedad hace que crezca la construcción de este tipo de casas, sino también el convencimiento y el respeto por el medio ambiente de cada vez más personas. Aun así, las Administraciones Públicas podrían ser más activas a la hora de promover esta tendencia, adquiriendo un compromiso más firme con esta nueva manera de construir.
Una de estas tendencias es el estándar de edificación Passivhaus, que usa criterios pasivos para mejorar la eficiencia energética de las casas y edificios. Con este estándar, se pretende tener un gran confort interior combinado con un consumo energético muy bajo mediante el cuidado envolvente, el aislamiento, la hermeticidad y la ventilación. Este estándar no es el único, pero sí el más popular. Además del Passivhaus, existen otras certificaciones como el Leed o el Breeam.
Las características climáticas de España hacen que se tenga que adaptar el estándar Passivhaus, ya que es una tecnología procedente y pensada para climas centroeuropeos, donde la gran ventaja de las edificaciones radica en reducir gastos de calefacción. Se ha demostrado que la adaptación del Passivhaus al clima cálido es excelente, ya que también se consigue alcanzar una temperatura de confort con independencia de la temperatura exterior. Hay edificios construidos en este estándar en Dubái, México, Singapur o California.
Si en un principio las casas pasivas o sostenibles eran casas aisladas, ahora también se están construyendo edificios de viviendas, oficinas, escuelas, hoteles o centros de salud.