Las deficiencias de las viviendas que se han evidenciado durante la pandemia de la COVID19

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Durante el confinamiento provocado por la pandemia de la COVID19 hemos pasado mucho tiempo en casa, lo que nos ha hecho darnos cuenta de que nuestros hogares no son tan saludables como creíamos. En este post queremos repasar qué aspectos ha sacado a la luz el hecho de pasar casi tres meses en nuestras casas.

Como introducción nos gustaría destacar un factor que ya hemos escrito anteriormente en este blog. Y es que el porcentaje de casas construidas siguiendo unos criterios de eficiencia energética y descarbonización es muy reducido. Solo el 25% de las edificaciones en toda Europa se construyen teniendo en cuenta estándares de eficiencia energética. Es decir, hasta la fecha no ha habido una concienciación del potencial contaminante de las construcciones y, como consecuencia de ello, las viviendas que ocupamos en la actualidad no siguen los principios básicos de cuidado del medio ambiente.
Para revertir esta situación, se requieren acciones que vayan más allá de revisar los sistemas de frío y calor para mejorar la factura de la luz. Es necesario actuar en los materiales, en la orientación, en los suelos…y en nuevas formas de construcción y de reforma encaminadas a alcanzar la neutralidad de las emisiones. Para ser más respetuosos con el medio ambiente, es imprescindible cuidar la salud de los edificios. Además, el aire que se respira dentro de las viviendas es fundamental para la salud y el bienestar de las personas que las ocupan.
Durante los meses de confinamiento, hemos visto deficiencias en las viviendas en las que antes no habíamos reparado, como la calidad de las mismas, los espacios exteriores, el uso de los espacios comunes o la ventilación. “Hay que reflexionar sobre los problemas de calidad constructiva, de eficiencia energética en las ciudades”, comenta Guillermo Acero, arquitecto y urbanista de Paisaje Transversal. Acero también comenta la gran dependencia del coche en el modelo de ciudad construida, que no tiene en cuenta la vida de proximidad y acaba impactando negativamente en el medio ambiente.
Los meses de confinamiento han cambiado sensiblemente nuestros hábitos. Hemos pasado mucho tiempo en casa y mucha gente ha empezado a teletrabajar. Si esta nueva manera de habitar nuestras casas se instala de forma habitual, seguramente el tiempo que estemos en ellas aumentará. Así pues, se vuelve muy importante cuidar de la calidad de nuestras viviendas.
Sin una buena calidad del aire en el interior de las viviendas, podemos tener problemas de somnolencia y de concentración a la hora de trabajar. Por eso hay que reformar los sistemas de ventilación y aplicar protocolos de climatización, limpieza o ventilación.
Si bien es cierto que todas las tendencias indican cierta concienciación en este sentido, es necesario impulsar una reforma del sector que se encamine a dejar de construir de forma compulsiva y a adoptar unas prácticas enfocadas hacia la sostenibilidad y el respeto al medio ambiente.

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