Pintura, yeso o cartón son algunos materiales capaces de purificar el aire y eliminar los virus y las bacterias del ambiente. El coronavirus ha hecho que este tipo de materiales obtengan un protagonismo del que nunca antes habían gozado.

La pandemia ha modificado nuestros hábitos y nuestras vidas. La higiene y la salud han pasado a tener un peso mucho más importante del que ya tenían a la hora de tomar algunas decisiones. En el sector de la construcción también se está notando este cambio de preferencias. Los materiales utilizados para las nuevas construcciones adquieren ahora gran importancia, ya que también pueden ayudar a combatir el coronavirus.
El primer material que actúa como aliado en la lucha contra el coronavirus es la pintura. Las pinturas que se utilizan son capaces de purificar el aire. Los materiales de su composición, por efecto de la luz y la humedad del aire, captan y destruyen las bacterias gracias a simples procesos químicos que desencadenan estas reacciones.
También se utilizan placas de yeso que son capaces de captar compuestos químicos generados por cualquier forma de vida y transformarlos en compuestos inertes. De esta forma, se purifica el aire de las estancias y, por lo tanto, el riesgo al contagio de las personas que ocupan estos espacios se reduce.
Algunos elementos de decoración como las cortinas también pueden contribuir a reducir el número de bacterias. Nos referimos a las cortinas hechas de materiales libres de elementos nocivos, que impiden la proliferación de bacterias, o de las cortinas de láminas muy finas de PVC, que impiden la anidación bacteriana.
Aunque estos materiales están ahora en pleno auge por la gran utilidad que tienen frente al coronavirus, la estética, el precio o la utilidad han sido criterios más importantes a la hora de elegir los materiales. Los edificios que requieren del uso de estos materiales son principalmente edificios que albergan personas de alto riesgo al contagio, como los hospitales, las residencias de ancianos, los hoteles o las escuelas.