Más tecnología, menos accidentes laborales en la construcción

El oficio de la construcción siempre se ha caracterizado por ser rudo y, en gran medida, peligroso. Esto da pie a un índice de accidentes laborales muy elevado, incluso en términos de siniestralidad, en comparación con otros sectores.

El oficio de la construcción siempre se ha caracterizado por ser rudo y, en gran medida, peligroso. Esto da pie a un índice de accidentes laborales muy elevado, incluso en términos de siniestralidad, en comparación con otros sectores.

Según los últimos datos del Ministerio de empleo, la construcción se posiciona como el sector de actividad con mayor índice de incidencias laborales. En el año 2020, se registraron 5.804 incidentes por cada 100.000 trabajadores. Esto se traduce en más del doble de la media de ese mismo año en el resto de los sectores, que fue de 2.455 por cada 100.000 trabajadores. El director del departamento de Seguridad Industrial del Centro Nacional de Nuevas Tecnologías, Fernando Sanz, señala que entre 2017 y 2019 se registraron 228 fallecimientos en obras, un 63% de éstas debidas a caídas de altura. La curva creciente de actividad que ha ido experimentando la construcción en los últimos años va de la mano del índice de accidentes laborales, que ha ido creciendo a la par.

No obstante, parece que las predicciones de futuro para la construcción, basadas en la digitalización y la industrialización, son también una solución en potencia para resolver la problemática de los incidentes, al menos de reducir considerablemente las elevadas cifras. Además, uno de los principios que recoge la Ley de Prevención de Riesgos Laborales como acción preventiva es el de “tener en cuenta la evolución de la técnica”.

Una de las técnicas que se está relacionando a la Prevención de Riesgos Laborales en esta área es la metodología BIM. El Build Information Modeling (BIM) permite la gestión integral de proyectos de edificación. Es una metodología de trabajo colaborativa, que centraliza toda la información que implica un proyecto en un modelo digital desarrollado por todos los agentes implicados. Dicho modelo virtual utiliza técnicas como el 3D y permite detectar fallos desde la fase inicial de una obra. Esto permite avanzarse a accidentes y obtener una trazabilidad de las incidencias. De hecho, ya hay empresas que han empezado a aplicarlo, tal y como afirma Cristina Calderón, directora del departamento de Prevención, Calidad y Medio Ambiente de la constructora Arpada, que destaca la iniciativa de la empresa para crear sinergias entre su departamento y el departamento BIM.

El Internet de las Cosas (IOT) también puede jugar un papel muy importante en la reducción de los accidentes laborales en la construcción. Este tipo de tecnología posibilita la interconexión de dispositivos y objetos en la red, lo que permite monitorizar y recopilar datos sobre las condiciones de trabajo, el estado físico de los trabajadores, los niveles de productividad y la metodología empleada. Esto se traduce en poder realizar análisis de seguridad mediante los datos obtenidos y, así, detectar a tiempo los peligros. Además, elementos wearables permiten a los trabajadores mantener una conexión directa para transmitir información instantánea.

Otras metodologías que juegan en favor de reducir los riesgos laborales son el uso de la realidad virtual y la realidad aumentada. Por ejemplo, la Fundación Laboral de la Construcción participa en proyectos como el ARCW (procedimientos de trabajo seguros en el montaje de muros de cortina) o ARFAT (formación de montaje de andamios y encofrados). En ambos se utiliza la realidad aumentada (RA) mediante apps para potenciar la formación de una forma innovadora y segura. Todo se agrupa bajo la filosofía de simular el aprendizaje para prevenir accidentes. En cuanto a realidad virtual, existen varios proyectos que lo aplican, como SIMULADrón de la mano de Sacyr. Éste se basa en un entorno virtual para formarse en el pilotaje de drones de forma controlada y segura, logrando mejoras en las habilidades de cara a operaciones complejas. VRoad es otro proyecto que emplea la RV. Nace del programa Erasmus + con el objetivo de potenciar el aprendizaje de trabajos de seguridad y salud en la conservación y explotación de carreteras. La gamificación aplicada al aprendizaje y formación gracias al RV y la RA permite reducir muchas incidencias que ocurren durante este proceso y perfeccionar la técnica en aplicaciones futuras reales.


La tecnología no solamente ha resultado determinante para acelerar el ritmo de producción y hacer más liviano el oficio de obrero. También se ha posicionado como clave para reducir los porcentajes de accidentes laborables e incluso salvar vidas. En la ola de la digitalización muchas empresas del sector han dado el salto con pequeñas iniciativas, como la de digitalizar los procesos administrativos y eliminar la casuística que comporta el papeleo. Esto de primeras no tiene una relación directa con la prevención de riesgos laborales, pero permite a las empresas dedicar esos esfuerzos y recursos a otras áreas en las que sí son necesarios, como la imperatividad de bajar los índices de siniestralidad.


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