Autopromoción, la nueva tendencia en la construcción
La pandemia ha modificado las preferencias de la mayoría de las personas en cuanto a sus gustos para la vivienda. Tanto es así que la demanda de visados de dirección de obra para viviendas unifamiliares ha aumentado un 37% en lo que llevamos de año. Pero este no es el único dato que ha crecido en el ámbito de las viviendas unifamiliares. Según el Consejo del Notariado las compraventas están un 78% por encima y los precios un 16,5%.
Ante este panorama, ha emergido una nueva tendencia que está causando sensación: la construcción de viviendas en autopromoción. Ramon Gandía, fundador de RGB Arquitectos, cuenta a El país que la demanda de viviendas en autopromoción a su despacho ha aumentado un 70% en el último año.
Pero ¿en qué consiste esta tendencia? Pues, básicamente, es el proceso de creación de una vivienda propia en el que su futuro propietario tiene el poder de decisión sobre todos los procesos de construcción, de la elección de los profesionales que la llevarán a cabo y en el que asume las responsabilidades que se derivan de todo este proceso.
¿Y sus beneficios principales? El primero es muy simple, la disminución de los costes que implica la obtención de una vivienda. Y, además, una vivienda construida en autopromoción tiene toda la personalización que su nuevo propietario desee, ya que es él mismo quien tiene el poder de decisión sobre cada aspecto de la construcción, desde la ubicación de las paredes hasta el color de las mismas.
Según Gandía, la demanda de viviendas en autopromoción se reparte entre aquellas personas que, tras el confinamiento, buscan salir de la gran ciudad y residir en las afueras y aquellos que quieren tener una segunda residencia y buscan un terreno alejado para construirla en autopromoción.
¿Cómo funciona la autopromoción?
El primer paso es la elección del terreno, que puede ser urbanizado, es decir, listo para edificar y con acceso a los servicios básicos, o urbanizable, escenario en el que habrá que tramitar el abastecimiento.
El siguiente paso es la confección del proyecto básico y la obtención de la licencia urbanística. Para este paso es casi imprescindible contar con el servicio de un arquitecto.
Con la licencia, ya se puede elaborar el proyecto de ejecución, que será la guía para que la constructora lleve a cabo la obra. Es muy importante que se supervise el devenir de la obra, ya que así se pueden ir corrigiendo todos los aspectos que no acaben de cuadrar.
El punto en el que más se parecen las viviendas en autopromoción a las promociones estándares es el plazo de ejecución, que se sitúa entre los 10 y los 12 meses. Si este tiempo no es viable siempre se puede optar por una estructura prefabricada, que ahorrará mucho tiempo, dinero y dedicación al proyecto.
Como hemos comentado al principio de este post, la autopromoción es la forma más económica de tener una vivienda. Pero, hay que ir con cuidado porque si no se establecen bien los procesos o si no se cuenta con la asesoría de un equipo de profesionales se pueden acabar disparando los gastos.