El modelo de vivienda de la era post COVID19
La pandemia del COVID19 ha cambiado muchos de nuestros hábitos y prioridades, entre ellas, el modelo de vivienda que tenemos y la forma en la que la habitamos. La resiliencia, término usado en muchas disciplinas, también encuentra su propia definición en la vivienda. Según los expertos, vamos hacia un modelo de vivienda más resiliente, ecológica y comunitaria.
El término resiliencia, la capacidad de sobreponerse a situaciones traumáticas, se ha empezado a usar también en los
sectores del urbanismo, la arquitectura y la vivienda. Cuando hablamos de la resiliencia de las viviendas nos estamos refiriendo a la capacidad de adoptar ciertos cambios estructurales para hacer frente a las nuevas adversidades que aparecerán en la era post COVID19. La resiliencia post COVID19 también implica compartir y ampliar la comunidad para crear entre todos una nueva manera de vivir más colaborativa y ecológica. Es lo que se ha definido como vivienda colaborativa o cohousing ecológico.
El modelo actual de vivienda, un modelo completamente individualizado y sin tener en cuenta el impacto medioambiental, es mucho menos resiliente que este nuevo modelo que proponen cooperativas de viviendas como La Borda, Trabensol o Entrepatios.
La propuesta de las viviendas resilientes se basa en dos principios básicos: (1) son edificios de propiedad colectiva, en los que se hace frente a créditos colectivos y también, (2) son una clara apuesta por la arquitectura ecológica. Se utilizan materiales ecológicos, con construcciones de madera, sin emisiones de CO2 o con sistemas de reciclado de agua. Estas estrategias siguen el estándar de construcción passivhaus.
Este tipo de construcciones permite ser resiliente frente a episodios similares al del Coronavirus, a nuevas crisis económicas o a desastres ecológicos.
La propuesta de un nuevo modelo de vivienda no solo plantea la resiliencia en los edificios, sino que también se plantea en las relaciones entre personas, ya que el modelo tiene un fuerte carácter social. La colaboración entre los vecinos de la vivienda comunitaria también es una forma de resiliencia frente a las adversidades. Según la OMS, la soledad es la epidemia del siglo XXI y el coliving es una buena manera de combatirla. Un ejemplo de ello es el edificio Intergeneracional de la Plaza América de Alicante, donde conviven jóvenes de 20 años con personas mayores de 70 años.
En la actualidad, el modelo de coliving no es mayoritario en nuestra sociedad, pero la capacidad que tiene este modelo de resistir las condiciones adversas que se pueden presentar para la sociedad hace que sea un modelo a tener muy en cuenta en el futuro.